viernes, 9 de diciembre de 2011

JOTIDA



Jota… Ahora  toca hablar de Jota. Tema difícil. Con el agravante que no sé si podré ser del todo sincera ya que hay muchas posibilidades de que él lea esto… Pero lo intentaré… que no se diga que Elvira no tiene ovarios.

Conocí a Jota por Mayo o así.  Me gustó enseguida, aun no sé porque, pero me gustó. Físicamente es guapo, pero tampoco Brad Pitt, de carácter es un poco tímido y sexualmente tampoco tuvimos los suficientes encuentros como para saber si aquello funcionaría… El caso es que podría no haberme interesado en absoluto, pero me gustó bastante, aunque él pasaba mucho de mí: Me decía que quedaríamos y no quedábamos, que me llamaría y no me llamaba… Así hasta que Nacho se cruzó en mi camino y, con la seguridad que demostraba de querer estar conmigo, me hizo olvidar a Jota.
No negaré que en todo el tiempo que he estado con Nacho, he tenido revoloteando por la cabeza la pregunta: “¿Qué hubiese pasado con Jota si no hubiese aparecido Nacho?” Sobre todo tras un mensaje de móvil de Jota después de verme un día en el supermercado comprando (Yo a él no lo vi.)… Pero como cuando decido ser polígama no hay nada que me haga cambiar de opinión, decidí apartar a Jota de mi mente y centrarme en Nacho.

Pero el destino es un cabrón… Una puta, como prefiráis.
A las pocos días de dejarlo con Nacho me encontré a Jota en un hipermercado. Nos cruzamos en unas escaleras mecánicas, yo bajaba y él subía. Apenas pudimos hablar, pero tuve la sensación de que acababa de cruzar una puerta temporal que me había hecho regresar cinco meses atrás y tener las mismas ganas de conocer a Jota… Estuve a punto de enviarle un mensaje de móvil, pero por miedo a volver a ser tan ignorada como en la  primera etapa, decidí dejarlo correr… de momento.

Pasaron una o dos semanas y casualmente conocí a un compañero de piso de Jota. Fue en una fiesta. Quiso invitarme a una copa, pero yo me excusé con que me tenía que marchar porque madrugaba. Yo aún no sabía que F era compañero de Jota, si lo hubiese sabido seguramente habría aceptado la copa y tal vez  hasta le habría acompañado a casa para tener la excusa de encontrarme con Jota.
Fue a la mañana siguiente cuando de casualidad, si es que el Facebook tiene algo de casual, cuando descubrí que se conocían y decidí que si le estaba dando tanta importancia a Jota, quizás debía llamarle o enviarle un mensaje… pero…
El destino volvió a ser un cabrón…o una puta y perdí mi móvil con todos los números, con tan mala suerte que mi última copia de seguridad era de Enero, cuando ni sabía que Jota existía.
Una semana después, tras un mensaje mío a un perfil de esos que Jota tiene en internet, diciéndole que había perdido su móvil, recibí un “whatsapp”  (Siiiii, ya soy una mujer moderna. Tengo un móvil en condiciones) de Jota y reanudamos el tonteo de finales de Mayo, principios de Junio… Con la diferencia de que esta vez Jota decía tener interés en conocerme.

Pues aquí estoy, casi un mes después del reencuentro, alucinando otra vez con los plantones y las reacciones de Jota. Dudando si soy masoca o tonta del culo y teniendo cada vez más claro que, definitivamente, me va la marcha… ¿Pero hasta cuándo? ¿Qué capacidad de hincharse tienen mis ovarios?...

Os quiere, desde la inmensa paciencia y el saber estar.


Elvira Cordero.

(Si lo lees quizás creas que no tenga razón, pero así lo he vivido y sentido yo)

(Foto: My Sassy Girl)

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