viernes, 23 de diciembre de 2011

COMO UNA PEPA



-¿Me ha llamado otra vez…?
-Noooo. Ay olvídalo ya, chica
-Estoy en ello, pero dame tiempo si no te importa.


…..

-Lo único que quiero es olvidarlo y tú deberías hacer lo mismo.
-No me acordaba de él… Hasta que de pronto, una noche frente al televisor… Sentí por dentro como una convulsión y recobré la memoria… Sólo matándolo conseguiré olvidarlo.


…..

-Es mucho más fácil aprender mecánica que psicología masculina. A una moto puedes llegar a conocerla a fondo… A un hombre jamás... jamás


…..

-Estoy muy avergonzado, me he portado muy mal contigo, no sabes cómo lo siento.
-Lo único que quería era hablar contigo.
-Esta noche podemos hablar.
-No. Ya es tarde.
-No seas resentida.
-No… Ayer, esta mañana, al mediodía todavía era posible… Pero ahora ya es tarde, hace ya dos horas que es tarde… Adiós

…..

-¿Qué? ¿Solucionaste tu problema?
-Si, me voy mucho más tranquila.



(Extractos de diálogos de Mujeres al borde de un ataque de nervios.  A buen entendedor pocas palabras bastan y si son del Almodóvar bueno, me ahorro las mías)


Elvira Cordero. Amanchegada.

(Foto: Carmen Maura, otra vez, en Mujeres al borde de un ataque de nervios)

martes, 20 de diciembre de 2011

ALBÓNDIGAS CON SEPIA



Hoy he cenado con el Actor. Tenía que cenar con Jota,  pero me ha llamado y ha pospuesto la cita a mañana, que raro (ironía).
El Actor está en Barcelona para rodar un anuncio. No me había llamado antes para decirme que venía porque en principio rodaba hoy y se iba esta misma noche, pero la cosa se ha alargado, se queda a dormir en un hotel y tenía ganas de verme. No sé si es verdad lo del retaso, lo cierto es que siempre que viene a la ciudad me avisa en el último momento, como si sólo pensase en mí cuando ya está aquí. Me da igual, como diría mi abuela, es un “primor” y nunca puedo decir que no a una cena y una copa en su compañía. Además cenar con él ahora es mucho más relajado que en la época que hacía una serie en “primetime”. La gente se acercaba sin pudor a saludarle, pedirle autógrafos, fotos… El Actor nunca se niega, lo hace encantado, dice que no entiende a los famosos que reniegan de eso… Que el cariño del  público es mejor que un Goya.  Cuando hace unos años estuvo nominado, pero no lo ganó, no sé si pensaba lo mismo, si no era así nunca lo confesó….
Yo conocí al actor en Madrid. Yo estaba preparando un proyecto (que con el tiempo resultó ser un fracaso) y desayunaba todos los días en una pequeña cafetería años setenta de Alonso Martínez. Me gustaba ir allí porque me recordaba a la pequeña Granja* en la que desayunaba con mis padres de pequeña, cada domingo,  un gran vaso de leche y una ensaimada con nata fresca (Ummm). El actor vivía allí cerca  y salía a pasear el perro a la misma hora que yo desayunaba, pasaba  junto a la cafetería, se detenía frente a uno de los ventanales y  parecía mirarme entrecerrando los ojos, después continuaba su camino. Aún no era tan famoso como ahora, pero yo lo conocía porque había visto una película que tuvo un éxito relativo a principio de los ochenta en la que él, casi adolescente, salía desnudo.
Cada día hacía lo mismo, asomarse a la cafetería y observarme apenas unos segundos,  mientras yo tomaba mi café con leche y tostadas… Yo intentaba disimular, fingir que no me daba cuenta, pero me costaba horrores porque me estaba entrado el gusanillo por conocerle…
Un día, cuando ya sabía que al proyecto que estaba llevando a cabo en Madrid le quedaban tres telediarios, y tendría que volver a Barcelona, decidí esperarle fuera de la cafería  para descolocarle y a ver si de ese modo se atrevía decirme algo. .. Pero la que se descolocó fui yo porque el Actor se acercó al ventanal como cada día, sin ni siquiera fijarse en mí que estaba junto a la pizarra en la cual figuraban los tipos de desayunos, de uno de los laterales, observó el interior del local los mismos segundos que cada día, se dio la vuelta y se alejó… Quedé petrificada. ¿Qué era lo que miraba todas las mañanas si no era a mí? Muchos días en el local no había nadie más, o al menos que pudiese ser de su interés y los camareros eran dos señores calvos y gordos, que aún en el caso de que el actor fuese de la otra acera, como hay tantos, dudaba que le gustasen…
Aquel día me fui con la intriga, pero al día siguiente, después de que hubiese repetido su mirada diaria al interior y no a mí, salí tras él y lo abordé:

-Oye, perdona… ¿te puedo hacer una pregunta?

Asintió con una sonrisa, esperaba que le preguntase si era quien era… La típica pregunta de “¿Tú eres tú? A la que él ya tiene preparada lo que le parece una réplica ingeniosa: “No, lo siento, soy yo”. Es una gracia que con los años le he visto repetir tantas veces . Sin embargo mi pregunta era otra bien distinta:

-¿Qué miras cada día dentro de esa cafetería? Al principio pensaba que a mí y me hice ilusiones, pero ayer descubrí que no.

El Actor soltó una carcajada tan escandalosa que su perro sorprendido se pudo a ladrar. Y a continuación me resolvió su misterio. Resultaba que lo que miraba todos los días al pasar era la pizarra de los menús que se encontraba dentro hasta la hora de los desayunos, en que la colgaban fuera.  Le encantaban las albóndigas con sepia y los días que las hacían bajaba a comer.
Me sentí como una idiota y para intentar disculparme por mi curiosa estupidez lo fui mucho más diciéndole que yo las hacía buenísimas y que si quería se las preparaba un día.
….
Dos semanas después hice albóndigas con sepia por primera y última vez en mi vida. Quedaron incomestibles, pero sirvieron para comenzar una breve rollete amorío-sexual con el actor que apenas duró las dos o tres semanas que me quedaban en Madrid…
Como en la cama nunca acabamos de congeniar, él era excesivamente fetichista de los pies y a mí que me los coman me hace unas cosquillas insoportables, decidimos que el feeling que teníamos en todo lo demás no queríamos perderlo por estar cada uno en una ciudad y quedamos como amigos. Pero no amigos de llamarse cada día, ni de esos de sólo llamarse para las navidades y los cumpleaños. Quedamos como amigos de esos que aunque nunca te llames, cuando te ves, parece que no ha pasado el tiempo.
...

Esta noche nos hemos puesto al día. Le he contado lo de Nacho, lo de Jota, lo de este blog. Y él me ha contado cosas que me ha dicho que no cuente aquí cuando le he dicho que contaría nuestra historia.
Ha sido una “velada encantadora” como dirían en las películas antiguas. Hemos bebido, hemos reído, hemos cantado y también hemos llorado… Me hacía tanta falta una noche así… Después le he acompañado al hotel, era pronto y me ha preguntado si quería subir. No sé si hablaba él o el rioja, pero le he dado un morreo en toda regla y le he susurrado: “No he ido al podólogo hace meses y estoy cansada”… Él se ha echado a reír y me ha dicho que me llamará mañana para vernos antes de irse al aeropuerto… Sé que no lo hará, pero también sé que cualquier día dentro de seis, siete o mil meses sonará mi móvil y volveremos a beber, reír, cantar y llorar.



Elvira Cordero.

Mientras escribía esto, me ha sonado el móvil. Era el actor.  Estaba echando un vistazo a este blog y se ha quedado un poco así al leer las actualizaciones de “vivir” y “Felicidad”. Quería saber si estoy bien…. ¿Veis como es un “primor”?... Me he reído y le he preguntado : “¿No te he parecido una mujer cuerda esta noche?. Entonces, agravando la voz, me ha dicho: “No, por Dios” y ha soltado una carcajada de las que asustan a los perros.





* Una granja es una cafetería. Durante una época las cafeterías de Barcelona se llamaban así, no me preguntéis porque, no tengo ni idea.
(Foto: Robert Redford y la mano de Barbra Streisand en “The way we were” (Tal como éramos) de Sydney Pollack.  No es la mejor foto de la película, pero es la del momento en que ella le aparta a él un mechón de cabello y sé que a Actor le encanta ese gesto.  Además esta película es una de las, ironías del destino, preferidas de Tía Mª José)

domingo, 18 de diciembre de 2011

FELICIDAD


Llevaba  dos días levantando exultantemente feliz, pletórica…
Como con esa sensación que se tiene  después de haberte  intentado suicidar, tomándote todas las pastillas que había por casa, sin éxito, pero pasando un montón de horas en la cama atontada, con el que en ese momento es tu marido, preocupadísimo, porque aunque ya no te ama y tiene otra mujer en su vida, te sigue queriendo. Y sin saber con qué motivo, ni razón, decide que te irá bien salir los dos solos a comer, a Sitges, en pleno febrero. Y vais a vuestro segundo restaurante favorito y coméis una paella regándola con Viña Esmeralda que siempre será vuestro vino. Y tras los postres salís a la terraza con vista al mar y tú lo contemplas, tan en calma, brillante por el reflejo del sol y rompes a llorar. Y tu marido que, aunque ya no te ama porque tiene a otra, te sigue queriendo, te abraza por la espalda … Y tú respiras hondo, le besas en la cara y dejas que sus brazos te aprieten y guardas silencio, pero te da ganas de gritarle que nunca has sido tan feliz como en ese preciso instante y que quieres vivir, vivir, vivirrrrrrrrr aunque sea sin él.….
Llevaba dos días sintiéndome así, seguro que todos conocéis esa sensación. Dos días que era tan exageradamente feliz que parecía que el mundo giraba a mi alrededor… Pero hoy ya no… Hoy  solo me siento relajada, en paz conmigo misma y con un sentimiento de felicidad mucho más real, que sin duda prefiero.

Ha sido un fin de semana tranquilo, sin noticias de Dios, ni de Jota, … Y digo “ha sido” porque esta tarde, mal que me pese, he de ir al despacho a luchar contra una montaña de papeles y eso ya no es fin de semana… Ups…

Os quiero.

Elvira Cordero. (“ Enamorada de la moda juvenil, de los chicos, “los dependientes” y los maniquís)

(Foto: Mercedes Sampietro en “El pájaro de la felicidad” de Pilar Miró con guión de Mario Camus. Otra de mis películas preferidas)

sábado, 17 de diciembre de 2011

DEFENDIENDO AL ENEMIGO



Antes de leer la siguiente actualización, os aconsejo que echéis un vistazo al siguiente enlace para situaros:  http://molinos1282.blogspot.com/2011/11/querida.html    . Gracias)


 “Me hirvió la sangre, me chirriaron los dientes y me clavé las uñas en las manos cuando…” leí la carta de una supuesta madre a (contra)  Soraya Sáenz de Santamaría, que tiene de derechas y pijo hasta el nombre.
Se quejaba, la supuesta madre, de que Soraya haya vuelto al trabajo nada más dar a luz, porque cree que con esto hace un flaco favor a las miles de mujeres que disfrutan sus dieciséis semanas de baja maternal. Se refería por supuesto a las trabajadoras por cuenta ajena, porque a las limpiadoras por horas y a las autónomas como les gusta comer y alimentar al bebé además de tenerlo, deben volver a su puesto en cuanto se planifican un poco la nueva vida… Y no admitía que se pusiese como excusa que su trabajo es diferente, ni siquiera en este momento político, del de cientos de féminas que madrugan cada día para ganar unos escasos 900 euros.
Pues bien, mamá-trabajadora-escribecartas, creo que tiene razón en algunos puntos de su carta, como al afirmar que por volver pronto al trabajo no es ejemplo de nada, pero erra en otros muchos, desde mi punto de vista, claro.:
El trabajo de la señora Soraya si es muy diferente al de muchas de nosotras. Ella ha decidido ser política, y en un partido que acaba de ganar unas elecciones y si quiere conseguir un buen puesto, ahora que llega la repartición del pastel que llevan tanto tiempo deseando, no puede quedarse en casita. Tiene que estar a pie del cañón. Quizás nos parezca mala madre por priorizar su carrera por encima de su bebé, pero ¿no es un acto de libertad e igualdad, ante el resto de políticos varones que van al día siguiente, de tener un hijo, a “trabajar”?
Si en lugar de política, Soraya, fuese actriz, oficio que parece dominar en más de una ocasión, ¿nos parecería igual de mal que dejase a su bebé al cuidado de otros, porque no creo que lo haya dejado solo en casa ni tirado en la calle como casi da a entender la carta, por una llamada de Almodovar, Amenabar  Woody Allen o Polanski?
Y, es verdad, que en el diccionario no aparecerá la foto de Soraya al lado de la palabra conciliación, sobretodo porque en los diccionarios no aparecen fotos. Pero en cualquier caso, nos guste o no, ella ha de conciliar su vida privada con la profesional, al igual que la princesa Letizia o la charcutera de la esquina. Todas concilian, claro que si bien es cierto, para unas es muchísimo más fácil que para otras.

Hay más puntos de la carta de los que podría hablar, tanto a favor como en contra. Pero mi verdadera razón para hablar del escrito es porque no acabo de entender la motivación para escribirla, excepto si se desea dañar y hacer sentir culpable a una madre que ha salido corriendo a trabajar con la placenta colgando, cosa que dudo le haya sido fácil… ¿Por qué ha molestado tanto la decisión de Soraya y nos molestó tan poco la de Carmen Chacón de irse preñadísima a visitar las tropas, con el peligro que viajar en avión podía reportar en su avanzado estado de gestación?
¿ No será que estamos rabiosos porque han ganado y “nos hierve la sangre, nos chirrían los dientes y nos clavamos las uñas” hagan lo que hagan?
Intentemos ser democráticos. Que gobiernen o lo intenten. Y dentro de cuatro años o les damos la patada en el culo o la mano cordialmente, porque un beso me parece desmesurado.



Elvira cordero ( Demócrata que también se “está descojonando..por no llorar”)



(Foto: Sin que sirva de precedente, hoy no es de una  película, es de Soraya Sáenz de Santamaría. Porque he creído que ya que hacía un paréntesis en la, digamos, línea editorial del blog, este podía ser total)

viernes, 16 de diciembre de 2011

ESPERANDO




Las personas que te quieren siempre desean lo mejor para ti. ¿Pero cómo se sabe lo que es lo mejor para alguien?

Charo, Ramón, DK, y supongo que J y A, creen que debo olvidarme de Jota y pasar una página prácticamente inexistente…Lo creen firmemente porque no quieren que sufra sin necesidad.
En cambio yo acabo de decidir todo lo contrario. Jota acaba de decirme que sí está interesado, pero que quizás no lo demuestre porque no es un buen momento… Tal vez no es más que una excusa o una frase hecha, pero me da igual. Para mí es muy difícil sentir  interés por nadie y no voy a luchar contra mis ganas de conocerle de verdad.
Quizás…  Tal vez… yo esté equivocado y los que me quieren tengan razón. Pero es mi vida y quiero decidir aun a riesgo de pegarme un ostión.

“Jota, no sé si leerás esto… Tampoco importa demasiado… Lo importante es que he decidido esperar a que creas que es el momento de tener esa charla pendiente… Esperar a que quieras verme y escuchar lo que te tengo que decir, lo que pienso… Y que, entonces y solo entonces, decidiré si vuelvo al mercado o me retiro contigo.”

…………….

Ahora solo queda esperar no desesperarse en la espera.




Elvira Cordero. Apoyada en el quicio y un poco desquiciada.

(Foto: Pilar Lopez de Ayala y Rossana Pastor. “Juana la loca” de Vicente Aranda)


jueves, 15 de diciembre de 2011

VIVIR




Ayer cené con Nacho. Ya se le ha pasado su enfado con el mundo en general  como extensión de su enfado conmigo y nuestra ruptura.
Vino a casa, cenamos y, aunque se puso tonto, no pasó más.  No quise. La razón es posiblemente difícil de entender para los demás, pero muy fácil de explicar para mi: “No quiero más sexo que no vaya a significar nada”. Mi último revolcón ha sido con Jota y hasta que la puerta no se cierre del todo, prefiero no estar con nadie… Aunque quizás como dice Charo, esa puerta está más que cerrada y con siete u ocho candados… Pero.. ¿Y si, milagro, no fuese así?...

Nacho esta mucho mejor… Eufórico, diría yo, o actúa muy bien…   Dice que tras recoger las cosas de casa e irse sufrió, por unos días, una crisis casi existencial. Algo que no le había pasado nunca… Pero que gracias a eso ha descubierto que quiere hacer y que quiere ser… Que mi pregunta de :”¿Pero a ti qué es lo que más te gustaría hacer en la vida?” le ha hecho replantearse el camino…
Me contó los proyectos de estudios y negocios que tiene y su decisión de quedarse en casa de su madre para poder ahorrar para llevarlos a cabo.

Me alegré por él… Bueno, la verdad es que no tiene sentido ser falsa aquí. Me alegré sólo en parte…

……………….

Estoy escribiendo en el trabajo. La mesa es una montaña de papeles y… “yo pierdo el tiempo con esto”. Eso es lo que me diría Ramón si me hubiese pillado al entrar. Pero al oírle he cerrado rápidamente el documento.
….

Sigo con Nacho y sus proyectos… O más bien conmigo y mi falta de proyectos, que quizás es lo que hizo que no me alegrase tanto por Nacho y su nueva planificación.

No tengo proyectos. O por lo menos no tengo proyecto a corto plazo, a parte de tonterías. A largo plazo si tengo alguno, pero que por ahora son poco viables… Y creo que esa es la razón de muchas de las cosas que me pasan:

-Mi historia con Nacho. Apareció en una época de mi vida en la que solo tenía tiempo para trabajar, me monté la película de chico majo, simple y aventurero que me integra en su mundo hipersocial y me dejé llevar como si una vida juntos fuera mi proyecto…Luego descubrí que ni su mundo era tan hipersocial, ni él tan aventurero. Que más bien era un culo inquieto, irresponsable e inmaduro y que ser otra vez mamá  de un adulto no era un proyecto que me atrajese.

-La empresa. Todo lo que he emprendido empresarialmente o artísticamente con mucha ilusión, ha sido un fracaso. Las razones son diversas, pero es algo que no pienso analizar ahora , no es necesario flagelarse por fragelarse… Y creo que es por esa razón por lo que me tomo tan en serio mi actual trabajo con Ramón. Porque por fin estoy dentro de un engranaje que funciona, con problemas financieros, de personal o de otro tipo, pero funciona… Y aunque soy consciente que nada de esto sería posible sin Ramón, y que es él el que lo ha creado todo, me siento una pieza importante y valorada… Lo cual no impide que, en mis momentos de extrema sinceridad, me sienta un poco fracasada por estar dedicándome a algo que, aunque me permite vivir muy bien, no se parece en nada a lo que soñé…

- Jota. ¿Por qué esta especie de obsesión porque me haga caso? ¿Es que mi mente, ante falta de proyectos, necesita creárselos?... Y ¿Por qué él? ¿Qué tiene para que, inconscientemente, lo haya convertido en un objetivo?. No lo sé, la verdad, pero releyendo este blog me doy cuenta que me pasó exactamente lo mismo cuando lo conocí hace unos meses, antes de mi historia con Nacho…

………….

Ramón ha vuelto a entrar en el despacho y, nada más verme la cara, me ha dicho si quiero unos días de vacaciones…
Ramón. ¿Qué sería de mi vida sin Ramón?... No lo sé. Lo que si sé es que después de mi tía María José él es la persona que más quiero en este mundo, y de una forma igual de pura… (Es decir sin pensar en cochinadas)… Lo que Ramón y yo tenemos está por encima del amor, la hermandad o la amistad… Es algo así como el vínculo que existe entre los padres y sus hijos, pero en esa dirección, que no es el mismo que existe entre los hijos y los padres.
……..

Ramón ha vuelto a entrar. Yo tenía los ojos un poco vidriosos y hemos hablado…

-¿Qué te pasa? -Quería saber.
-No sé… Que me he dado cuenta que no tengo ningún proyecto de vida.
He roto a llorar y Ramón me ha abrazado:
-Elvira, cariño, tener proyecto de vida futura es cosa de jóvenes. Los adultos tenemos vida sin más.

Como no podía dejar de llorar asentía.

-¿No te gusta tu vida? ¿Es eso?

Ramón me ha hecho la pregunta abrazándome… Yo, aunque cariñosa, soy un poco pudorosa cuando me tocan, pero me he dejado llevar  y no he sabido que contestar…

…..

Ahora que ya estoy sola de nuevo, tras meditarlo un poco,  ya tengo respuesta:

Sí, sí me gusta mi vida y lo más importante, me gusto Yo… Y quizás es verdad que no tengo un proyecto de vida, pero si TENGO VIDA, AUNQUE SÓLO SEA PARA PODER EXPLICARLA AQUÏ.


Elvira Cordero, con ojitos.

(Foto: Jeanne Moreau. “La Notte” de Antonioni. Una de mis películas favoritas)

martes, 13 de diciembre de 2011

DÁNDOLO TODO



Tengo una amiga muy de comida ecológica, de Yoga, Reiki y esas cosas… que dice que las enfermedades nos las creamos. Que somos nosotros, con nuestras vivencias y la forma de afrontarlas, los que enviamos mensajes negativos al organismo, que se convierten en malestar e incluso en enfermedades serias como el Cáncer.

Yo no lo sé. No creo mucho en esas cosas, pero tampoco dejo de creer. Lo que sí sé es que he pasado una noche de perros, en la que casi no he dormido a causa de unos fuertes dolores de estómago o barriga. Y es que yo, desde pequeñita, a pesar de que mi padre lo intentó una y otra vez, cuando me duele entre el pecho y el “pastelillo” nunca se muy bien si es dolor estomacal o “barriguil”…
Tenía un fuerte dolor físico  ahí, en esa zona incierta, como si tuviese una enorme pelota que no quería ni subir ni bajar. Como si fuese a parir gemelos, con contracciones y todo ( quizás, ahora que lo analizo, eran más bien retortijones)… Pero también, o incluso más, me dolía psíquicamente,  por estar sola, sin nadie a quien despertar de un codazo y hacerle partícipe de la angustia.
Fueron un par de horas horribles, en las que incluso pensé en llamar a alguien. A Ramón, Carlos, Charo.… Pero recordé una frase de mi amigo DK que dice: “Si está sucediendo algo tan horrible que no puedes soportarlo, imagínate que en realidad estas en una película actuando y dalo todo”…YI así lo hice, me fui al baño, me arrodille y lo di todo, todo….

…..

Hoy no he trabajado. Ramón es un sol y, tras contarle mi noche, me ha dicho que me quede en casa recuperándome. Que debo tener un virus estomacal de esos… Ramón siempre es un poco mediquillo, como su madre y su hermana, que se saben cientos de medicamentos de memoria y para qué sirven. Cuando vivíamos juntos y nos dolía algo a nosotros o a los niños, llamaba a su madre y ella le  aconsejaba que tomar… Como nunca eran cosas graves yo lo vivía con sentido del humor, incluso cuando salía algún anuncio de medicamento en la tele con la consecuente leyenda,  yo le decía: “En caso de duda consulte a su madre”.

Nacho  también se ha preocupado al enterarse que no iba a trabajar y me ha enviado unos mensajes por si necesitaba algo.  Eran mensajes sinceros, estoy segura, pero con alguna frasecita envenenada: “ Me puedo pasar a llevarte lo que quieras…. Si es que no tienes a nadie cuidándote”

….

Estar enferma un día en casa, siempre que no te estés revolviendo de dolor, te permite experimentar la vida que llevarías si fueses una maruja. Lo que sería poder pasarse todo el día descubriendo rincones que están más sucios de lo que pensabas, armarios que necesitan ser ordenados, facturas por archivar… programas de televisión monotemáticos, pero absorbentes…. Cosas que , en el día a día, con el ajetreo del trabajo y otras obligaciones son casi invisibles.
Estar enferma un día en casa  te da la sensación de estar excluida del mundo real… De ser una espectadora de los que realmente hacen algo…
Estar enferma un día en casa es triste… tan triste como esta conversación:

A: Bon día.
B: Bon día
A: ¿Qué tal?
B: En casa. He pasado muy mala noche y no he ido a trabajar.
A: No lo sabía
B: ¿Cómo lo ibas a saber?
A: Ya

Fin de conversación.


Elvira Cordero. En fase de recuperación total, pero con falta de un poco de Chapa y pintura.




(PD: Antes de colgar este texto se lo he dejado leer a Charo que ha venido a ver como estaba. Me ha dicho que quite esa conversación absurda… Pero le he dicho que seguro que mi exsuegra, que es muy doctorilla,  me recomendaría ponerla porque es bueno para mi recuperación)


(Foto: Candela Peña en “Princesas” de Fernando León de Aranoa)




AGRADECIDA, EMOCIONADA

Hoy estoy muy feliz por varios motivos, chorras, pero motivos al fin y al cabo:

El primero de ellos es que por fin he averiguado como usar el móvil de modem y así poder actualizar “Cosas que pasan” desde casa, sin necesidad de copiarlo en un pendrive y hacerlo en el trabajo.

El segundo es que he sentido el placer (gustazo) de estar sola, de vivir sola. No ha durado mucho, ha sido una sensación de unos minutos: Después de pasarme la tarde fuera, me he tumbado en el sofá con la intención de recargar pilas unos segundos y  me he quedado dormida, con la mantita de domingo abrazándome..,   Y, al despertarme, en ese espacio en el que si si, que si no.. me he sentido plena, estando en mi casa, con mis cosas, mis sueños, mis ilusiones, mis manías, mi sopa de pollo casera esperándome para cenar (que me queda riquísima, por cierto)…  y he pensado: ¿Para qué coño quiero a nadie que me complique todo esto?

Y el tercer motivo, que tiene mucho que ver con el segundo, es una conclusión que puede ayudarme a que la sensación de plenitud en soledad dure algo más que unos minutos. A la cual he llegado por varios razones y gracias a varias personas:
 José María, que me ha enviado un mensaje al Facebook diciéndome que no le ha gustado nada mis últimas actualizaciones, o sólo la última, no estoy seguro.  Y aunque no sé muy bien a que se refería, las he releído y he extraído la conclusión de que lo que no le gusta nada es esa sensación de tonta del bote que no tira ni para atrás ni para delante, principalmente porque esta como obsesionada por alguien que hace muy poco para merecerlo. En realidad, reconozcámoslo, no es que haga poco, es que  no hace nada…
Ramón, mi primer ex y jefe, dice que yo solo hago caso a los tíos que pasan de mí porque me gustan los retos y que cuando los consigo me canso. Yo creo que no tiene toda la razón, pero si un poco. Y, aunque no es algo consciente, las cosas fáciles no me atraen… Hay un dicho, que no recuerdo, que viene a significar que solo nos parece que vale la pena lo que hemos conseguido con esfuerzo… Y me da rabia que de verdad yo pueda ser así, porque yo siempre he despotricado de las mujeres que se comportan como adolescentes enamorándose de los malotes que las tiran de las trenzas… Es más yo siempre digo que me enamoro de los buenos… Pero bueno si desde fuera se ve así, por algo será.
Alberto, el eterno novio de José María (No sé a qué esperan para casarse), me escribió por aquí algo el otro día que no ha dejado de dar vueltas por mi cabeza desde entonces : “Busca uno que pierda el culo por ti. Tú, Elvi, te lo mereces”.. ¿De verdad me lo merezco?...  Pues no lo sé… No sé si nadie se merece que alguien “pierda el culo”  por ella  (En el mundo gay supongo que si, jejeje)… Pero lo que sí sé es que si no es así, no compensa. Si alguien no te demuestra día a día y de verdad, no con mensajitos que no se los lleva el viento, porque se quedan en el móvil, pero como si se los llevase, que le apetece conocerte y que le conozcas… Si no es así, “caca de la vaca Paca”…
Resumiendo. El tercer motivo por el que hoy soy feliz es porque, gracias a José María, Alberto y Ramón, me he dado cuenta que “hay muchas cosas por las que luchar en la vida, pero creo que para que te quieran no es una de ellas” …. Además que yo no soy de estrategias de esas de… pues ahora no llamo para que llame él… O me escribe un mensaje y tardo en contestar para que no crea que estoy desesperada…. No, no me gustan esas cosas. No las hecho, no las hago y espero no hacerlas nunca… Si alguien me interesa se me nota, lo demuestro y no me importa…


Y dicho, escrito, todo esto….¿Qué hago?... ¿Le explico todo esto y paso de él? O  ¿paso de él tanto que ni le explico esto?


Elvira Cordero, ¿Pasar o passssar?


(Lo peor de todo es que seguro que lo lees y piensas que me he montado un peliculón, cosa que a lo mejor es verdad… Pero así soy yo, tan peliculera que me encanta ser protagonista)

(Foto: Gena Rowlands. Opening night. Eso sí es actuar)

lunes, 12 de diciembre de 2011

LA REINA DE COPAS





No se puede vivir en el pasado.  Es imposible, nadie puede vivir en un martes de hace tres años, por ejemplo… Solo se puede vivir en el presente, en el ahora y con la esperanza de que lleguen momentos mucho más hermosos que los de ese hipotético Martes.

Estoy noña, resacosa y quizás más afectada de lo que me gustaría reconocer por mi ruptura con Nacho.
Y no es que le eche de menos a él como persona, cosa que no sucede, sino porque echo de menos la vida de pareja que tuvimos en algunos momentos puntuales… Pero no se puede vivir en el pasado. Es imposible y poco práctico si se quiere ser feliz.

….

Ayer tuve un día completito a nivel social. Comida con mi exsuegra primera y cena con mi ex segundo, Carlos, y unos amigos de él.

De la primera aprendí a mirar hacia delante incluso cuando parece que hay poco que ver, el lugar de girar la cabeza a tantas cosas que tuvimos… Aprendí que de poco sirve quedarse en casa frente a la televisión tengas la edad que tenga, porque un día ya no podrás elegir y esa si será tu única opción… Aprendí que no se puede llorar a todas horas a los que te rodean y que hay que sonreír siempre aunque tras la fachada la casa este en ruinas.

De la segunda aprendí que la familia no es sólo la que te pare, te cría y te rodea de pequeño… Que la verdadera familia es la que te conoce y te quiere a pesar de ello. La que te dice las verdades con una sonrisa y sin mala intención y no te tiene en cuenta el daño que pudiste hacerles en el pasado… Aprendí que todos necesitamos que nos quieran, pero quizás mucho más querer… Aprendí que la persona que un día se llevó a tu marido y se puso tu ropa pueden llegar a ser, si no como una hermana, si comouna prima-hermana… Y también  aprendí algo mucho menos transcendental, pero más importante para la próxima vez,  que mi límite para seguir pareciendo una dama está muy por debajo de siete copas de vino.


Hoy he tenido día de soledad. No total porque la resaca estaba conmigo. Me ha acompañado a hacer la compra esta mañana y mientras limpiaba, las cosas que La Kelly no puede, esta tarde…
No he ido a ver a mis hijos, aunque se lo había prometido… No es que no tuviese ganas de verlos, es que no quería tener que recomponerme, maquillarme y simular que estoy bien. Mi ex, Ramón, lo hubiese notado, me conoce demasiado bien. Creo que es el único que con solo mirarme sabe lo que pienso. No quería preocuparle porque lo único que me pasa es que estoy luchando por no dejar de creer en el amor… Por no dejar de tener esperanzas en que algún día alguien me quiera tanto como yo me quiero y yo le quiera tanto como a mí misma.

Esta noche he quedado con un hombre. No es una cita. Creo que le ha quedado claro… Aunque no sé, porque ha querido que la primera copa sea en su casa. Me cae bien. Nos conocemos de hace años, pero nunca hemos tenido un gran contacto y como soy consciente que tengo que ampliar mi círculo de relaciones, he aceptado quedar… Además, aunque es guapo, muy gracioso y, casi seguro que buena persona, ¿Qué coño iba a hacer yo con otra J en mi vida?...

….

Respecto al capítulo Jota-Jota, el auténtico en esta época de mi vida… No sé qué pensar. Las cartas de mi amiga Charo me dicen que esto no va a llevar a ningún lado… Las matriculas impares de los coches rojos que me hay parados en el semáforo cuando cruzo, también… Pero yo soy muy cabezona y cuando lo veo, como ayer  por la noche que me lo crucé entre la quita y la sexta copa de vino, se me caen las bragas al suelo y me olvido de las cartas, de las matrículas y de sus desplantes… Qué le vamos a hacer, una no es como La Agrado, lo que siempre quiso ser a base de quirófano,  una es lo que es, una pardilla que siempre se vuelve a enamorar de “quien de mí no se enamora”…

Jota, bonito, que si lees esto no te asustes, que enamorada aún no estoy, sólo un poco enchochada… Pero que bueno, que a lo mejor es porque pasas de mí, que quizás si me haces caso se me pasa y te libras de mí.


Les ha informado, hoy sábado( aunque lo publicaré el lunes):
“Elvira Cordero, la que se va a proponer no mirar al pasado
cuando escuche una canción de Rocio Jurado”

viernes, 9 de diciembre de 2011

UN POCO “STENDHALIADA”



Normalmente la palabra ”soltería” suena fatal… Y, la verdad, tampoco es tan distinta de la palabra “Lotería” que suena genial.
Además para mucha gente las dos palabras  son casi antagónicas. Cuestión de mala o de buena suerte.
Para mí no. Para mí la soltería es un estado que muchas veces te permite disfrutar de cosas que la pareja no.
Yo cuando estoy soltera soy más receptiva respecto a todo lo que me rodea. La gente, las cosas, el arte… Cuando me caso la cago y me aíslo… Es mi defecto de fábrica.

Hoy estoy contenta de estar soltera. Muy contenta. Más que contenta, feliz….

Tras una mañana un tanto agotadora de trabajo y con pocas ganas de encerrarme en el despacho a ordenar cientos de papeles que lo necesitan urgentemente, me he puesto el abrigo y he bajado a tomar un café. La excusa era porque me estaba durmiendo frente al ordenador y necesitaba cafeína… ¿La realidad? No sé, me lo pedía el cuerpo.

Un cortado y leer la columna del País de otra Elvira, La Lindo, no han sido suficientes para darme fuerzas de encarar la tarde de despacho y he decidido dar una vuelta a la manzana…

Una foto en la fachada me ha empujado a entrar en una tienda-galería de fotografía y disfrutar de un buen rato de paz y sosiego antes decenas de imágenes… Nunca he sufrido el síndrome de Stendhal, pero algunas veces, como hoy, no me cuesta entenderlo… Estaba tan feliz que hasta me he planteado comprar alguna, pero como este mes ya he gastado mucho en mi nueva amiga La Kelly (apodo cariñoso de mi nueva aspiradora circular autónoma) me he contenido prometiéndome que quizás para reyes… Y he salido de la tienda tarareando mentalmente :”Si yo fuera rica…”

Pero como soy una mujer débil…Bueno, de visa débil… A los diez minutos,  escaqueándome aún de mi abarrotada mesa de trabajo, pero esta vez en la galería de arte que hay junto al despacho, una de mis preferidas…  No he podido contenerme y, al ver el cuadro de Ola KLECZKOWSKA, la he desenfundado, la visa…
Ha sido algo instintivo, como el que recoge un perro o un gato en la calle… No sabía en qué pared lo iba a poner, es más no me gusta colgar cuadros en las paredes…Y tampoco soy muy amante de la pintura figurativa…. Pero no he podido resistirme… No quería que ese cuadro perteneciese a nadie más que a mí…  Porque en ese cuadro me he visto reflejada… he visto mi soledad deseada, mi serenidad interior, mi paz, mi capacidad de darle la espalda a todo lo malo que me rodea para que no me dañe… También he visto a mi madre haciendo la siesta, casi desnuda, en nuestros veranos andaluces, estirada sobre las colchas floreadas de la abuela…
Por todo eso, he sentido algo en el interior que me ha hecho muy feliz, pero que también me ha entristecido mucho:  Tener la certeza que, por mucho que queramos, hay sentimientos, vivencias y cosas que nunca se podrán compartir con los demás  aunque, como yo ahora escribiéndolo, lo intentes con todas tus fuerzas….


Jodida, añorante,  pero feliz.

Elvira Cordero.

(Cuadro: Elvira de Ola KLECZKOWSKA)

JOTIDA



Jota… Ahora  toca hablar de Jota. Tema difícil. Con el agravante que no sé si podré ser del todo sincera ya que hay muchas posibilidades de que él lea esto… Pero lo intentaré… que no se diga que Elvira no tiene ovarios.

Conocí a Jota por Mayo o así.  Me gustó enseguida, aun no sé porque, pero me gustó. Físicamente es guapo, pero tampoco Brad Pitt, de carácter es un poco tímido y sexualmente tampoco tuvimos los suficientes encuentros como para saber si aquello funcionaría… El caso es que podría no haberme interesado en absoluto, pero me gustó bastante, aunque él pasaba mucho de mí: Me decía que quedaríamos y no quedábamos, que me llamaría y no me llamaba… Así hasta que Nacho se cruzó en mi camino y, con la seguridad que demostraba de querer estar conmigo, me hizo olvidar a Jota.
No negaré que en todo el tiempo que he estado con Nacho, he tenido revoloteando por la cabeza la pregunta: “¿Qué hubiese pasado con Jota si no hubiese aparecido Nacho?” Sobre todo tras un mensaje de móvil de Jota después de verme un día en el supermercado comprando (Yo a él no lo vi.)… Pero como cuando decido ser polígama no hay nada que me haga cambiar de opinión, decidí apartar a Jota de mi mente y centrarme en Nacho.

Pero el destino es un cabrón… Una puta, como prefiráis.
A las pocos días de dejarlo con Nacho me encontré a Jota en un hipermercado. Nos cruzamos en unas escaleras mecánicas, yo bajaba y él subía. Apenas pudimos hablar, pero tuve la sensación de que acababa de cruzar una puerta temporal que me había hecho regresar cinco meses atrás y tener las mismas ganas de conocer a Jota… Estuve a punto de enviarle un mensaje de móvil, pero por miedo a volver a ser tan ignorada como en la  primera etapa, decidí dejarlo correr… de momento.

Pasaron una o dos semanas y casualmente conocí a un compañero de piso de Jota. Fue en una fiesta. Quiso invitarme a una copa, pero yo me excusé con que me tenía que marchar porque madrugaba. Yo aún no sabía que F era compañero de Jota, si lo hubiese sabido seguramente habría aceptado la copa y tal vez  hasta le habría acompañado a casa para tener la excusa de encontrarme con Jota.
Fue a la mañana siguiente cuando de casualidad, si es que el Facebook tiene algo de casual, cuando descubrí que se conocían y decidí que si le estaba dando tanta importancia a Jota, quizás debía llamarle o enviarle un mensaje… pero…
El destino volvió a ser un cabrón…o una puta y perdí mi móvil con todos los números, con tan mala suerte que mi última copia de seguridad era de Enero, cuando ni sabía que Jota existía.
Una semana después, tras un mensaje mío a un perfil de esos que Jota tiene en internet, diciéndole que había perdido su móvil, recibí un “whatsapp”  (Siiiii, ya soy una mujer moderna. Tengo un móvil en condiciones) de Jota y reanudamos el tonteo de finales de Mayo, principios de Junio… Con la diferencia de que esta vez Jota decía tener interés en conocerme.

Pues aquí estoy, casi un mes después del reencuentro, alucinando otra vez con los plantones y las reacciones de Jota. Dudando si soy masoca o tonta del culo y teniendo cada vez más claro que, definitivamente, me va la marcha… ¿Pero hasta cuándo? ¿Qué capacidad de hincharse tienen mis ovarios?...

Os quiere, desde la inmensa paciencia y el saber estar.


Elvira Cordero.

(Si lo lees quizás creas que no tenga razón, pero así lo he vivido y sentido yo)

(Foto: My Sassy Girl)