martes, 3 de enero de 2012

ADIÓS, JOTA



Acabo de cenar con Charo. Bueno, ha cenado ella, yo tengo el estómago cerrado-cerrado.
Eran las once de la noche y he llamado a Charo para que viniese a consolarme. Por fin, lo que tanto tiempo llevábamos todos esperando, ha sucedido, Jota me ha mandado a la mierda. No con esas palabras, pero sí con esa sensación.
Voy a tratar de ser clara, concisa y justa, como la Pepa, aunque no sé si podré o sabré, y explicaros el final de algo que tengo la sensación, no ha existido…

Martes 27 de diciembre
Jota vuelve de Sevilla de visitar a su familia. Dice que llega a las 11 de la noche y que nos veremos. Yo ya sé que alguna escusa habrá para no quedar… Y por supuesto, la hay, pero han sido tantos plantones que no recuerdo cual fue la de ese en concreto.

Miércoles 28 de diciembre:
Jota me dice de cenar juntos. Yo he quedado para cenar con Nacho, no puedo y así se lo digo.
Le extraña que cene con mi ex.
Finalmente la cena no tiene lugar porque creo q Nacho quiere algo más y, aunque en la cama funcionamos muy bien, prefiero no estar con nadie hasta que se defina la relación con Jota.
Ceno con una amiga con problemas sentimentales, envío un mensaje a jota por si quiere quedar y como no contesta me voy con mi amiga con problemas sentimentales a tomar una copa.
Me acuesto sin noticias de Jota.

Jueves día 29 de diciembre:
Un poco hastiada  por el pasotismo de Jota decido pasar. Su compañero de piso (él que ya conté que me tiró los tejos y pasé de él) me envía un mensaje. Como soy tonta del culo y, además de que me parece gracioso, creo que está bien caer bien a los amigos, aunque supuestamente no sé que lo son, decido hablar con él por whatsapp, rechazándolo amablemente, pero prometiéndole tomar un café algún día.
Me voy a dormir sin noticias ni de Dios, ni de Jota.

Viernes día 30 de diciembre  
Salgo de trabajar cansadísima. Deseando llegar a casa y tirarme en el sofá a ver Xanadú. Pero de camino recibo un mensaje de Dios, perdón de Jota. Quiere saber si le invito a cenar. Y yo como dice Charo, basta con que Jota diga mi nombre para que ladre y mueva la cola.
Vamos a cenar. Yo antes he de pasar por casa a ducharme. Lo hago y antes de salir de casa me dejo las llaves dentro. Creo que tengo copia en el despacho. Jota me acompaña. No tengo llaves.
Decido olvidarme del tema llaves y nos vamos a cenar. Es la noche que mejor me lo paso con Jota, se me disipan las dudas y comprendo que me gusta de verdad. Creo que yo a él también.
Me acompaña a casa, como madruga no se espera a que llegue el cerrajero. Una pena, quería que se quedase a dormir.
El cerrajero viene, abre la puerta y me arruina… Pero estoy de tan buen humor por la noche que he pasado con Jota y porque me ha dado su dirección para que pase a tomar una copa en fin de año que me da igual.
Sábado 31 de diciembre

Hago cena en casa. Con Ramón, Carlos, Charo y el resto…La familia que he elegido.
Le comento a Ramón lo de pasar a tomar una copa por casa de Jota, pero tengo dudas porque también está su amigo ( el que me tira los tejos) y no sé cómo se tomará Jota que lo conozca.
Acabamos de cenar, de “uvear” y de copear. Ramón insiste en ir a casa de Jota quiere conocerlo y darme su valoración.
Vamos a casa de Jota: Jota pasa bastante de mí al principio, sus amigos son más amables. Luego Jota me dice estar puteado porque conozco a su amigo. Hay un poco de mal rollo. Pasamos un rato que no está mal y nos vamos, mis amigos y yo.
Ramón me dice que no le gusta Jota para mí, que merezco algo mejor. Yo le digo que me gusta, que no sé por qué, pero que quiero intentarlo. Entonces Ramón me dice que yo misma.

La noche sigue.
Vamos al bar de un amigo. Tomamos unas copas, nos encontramos con algún cliente, sobre todo cabe destacar a Daniel que me encanta y que me da su teléfono, pero yo no presto la atención debida porque pienso en Jota.
Creo que esa noche debo estar guapa porque noto que gusto, un camarero incluso me invita a una copa porque dice haberse enamorado nada más verme.
Me lo estoy pasando bien, pero hay una cosa que quiero y debo hacer. Me despido de todos, cojo un taxi y me voy la única floristería que conozco que está abierta todas las horas del año. Compro un ramo de rosas rojas para que se lo lleven a Jota al día siguiente a modo de disculpa. Tampoco sé muy bien de que me he de disculpar, pero es el primer hombre que conozco que le gusta que le regalen  flores y supongo que entenderá mi gesto.
De la floristería a casa me voy andando, feliz, me siento bien por acabar el año con la persona que más quiero y más me quiere: Yo misma.

Domingo 1 de Enero:
Jota me agradece el ramo, pero no quedamos. Tiene resaca.
Yo no, yo tengo felicidad y la verdad es que tampoco sé porque razón.

Lunes 2 de Enero
No pienso mover ficha. Si Jota quiere algo ya me dirá. Tengo la sensación de ser muy pesada.
Jota me envía una foto del Ramo. Decidimos quedar para cenar.
Parece ser que sus amigos, dos de ellos, le dicen que se liaron conmigo hace unos meses. No sé si los dos juntos o si los puse en fila. Yo lo dudo. Aquel día estaba muy borracha, pero el gusto no lo pierdo ni con alcohol y uno de ellos, su mejor amigo, no me gusta nada.
He decidido explicarle porque motivo estaba aquel día en aquella fiesta y tan borracha. Pero lo haré en la cena, si es que la hay.

….

Por supuesto no ha habido cena. Jota no ha querido quedar. Dice que ha descubierto cosas de mí que no le gustan.
Creo que sus amigos le han contado algunas mentiras. La verdad es que creo que ha sido el que rechacé aquel día en la fiesta y después por mensaje. Pero como me cuesta rechazar y lo hago sutilmente, creo que pensaba que podía haber algo entre él y yo y al ver que me gusta Jota, rabioso ha inventado lo que ha querido.

Así que mi no-historia con Jota se acaba aquí. Sin conocernos.  Y con una profunda rabia interior porque no entiendo como algunos no son capaces de ver los amigos que tienen.

Charo dice que en un par de días lo olvidaré y que es alguien que me ha desgastado mucho con tantos plantones y que no he perdido nada.
Charo es mi amiga y Ramón también, pero me da igual la opinión negativa que tienen de Jota. Yo  sé que mi corazón no se equivoca y si se me ha roto un poquito esta noche es porque vi algo en él que ya no tendré.


Elvira Cordero. Muy Jotida


(Para los que tengan dudas de porque estaba tan borracha en aquella fiesta en que según algunos me lié con ellos… Les diré que ese fue el día en que tuve una bronca descomunal con Nacho y no quería que llegase la hora de volver a casa y encontrármelo. Por eso bebí y bebí y bebí hasta que se hizo de día y Nacho se fue a trabajar…  Pero aún así con, “con litros de alcohol corren por tus venas, mujer….”, no me lié con el amigo feo de Jota ni de broma.)


(Foto: Ingrid Bergman en Stromboli, creo, de Rossellini)

1 comentario:

  1. Con el tiempo he aprendido que el mejor amigo de uno eres tú mismo y si consigues ser tu mejor amigo verás muchas cosas más claras...

    J

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