jueves, 5 de enero de 2012

ADIÓS, JOTA. SEGUNDA PARTE


Ayer estaba en Decathlon intentando que me devolviesen el dinero de un regalo cuando me sonó el pitido del whatsapp. El corazón me dio un vuelco, ¿Era posible que fuese “él”? ¿Sería condonada mi condena? ¿Podría demostrar cómo soy?... Todas esas preguntas me las hacía mientras el dependiente comprobaba que el aparato-regalo no tenía ningún desperfecto, solo la suciedad inevitable del transporte… Cada segundo que se entretenía en comprobar la mercancía y en reembolsarme el dinero en la tarjeta, yo me ponía más de los nervios y más ganas me daban de asesinarlo… (nene date prisa que quiero ver de quién es el whatsapp)…
Pasaron unos minutos para que pudiese mirar el móvil y la incertidumbre se transformara en decepción. Era un mensaje de Charo, quería que me pasase por su casa porque tenía una sorpresa. La llamé, iba a excusarme i correr hacía casa para tirarme en mi supersofá y no hacer nada, sólo hacerme la víctima y compadecerme, pero no pude, a Charo es imposible decirle que no. Además después de su apoyo de la “noche chuga” no me pareció justo.
Pase por casa, me duché, procuré no dejarme las llaves dentro y me fui a ver a Charo, dispuesta a sorprenderme.
Y tanto que me sorprendí. Charo había invitado a su prima Marisa, una conocida psicóloga especializada en problemas matrimoniales, rupturas afectivas y duelos, toma ya… Quería que cenásemos y charlásemos con ella para que lo sucedido con Jota no se me enquistase, lo superase pronto y no diese mucho el coñazo todo el día lamentándome y quejándome por lo sucedido. Al principio la idea no me gustó nada y estuve a punto de salir corriendo, pero como ya he dicho, a Charo nadie le dice que no… Bueno la verdad es que a mí me cuesta decir no a todo el mundo.
………..

Marisa: ¿Qué sensación es la primera que te viene a la cabeza si piensas en “él”?

Elvira: Frustración. Impotencia.  Me siento como una condenada a muerte sin juicio. Me hubiese gustado hablar cara a cara.. Saber qué le han contado y poder rebatir… Lo que todo se acabe por whatsapp me parece muy frio y más si la última frase es: “No vayas de víctima”

Charo: Como a Carrie de Sexo en New York que en un capitulo la dejaron con un post-it y estaba super rabiosa y cabreadísima. Pero bueno a ti ni siquiera te han dejado, porque aún no había nada entre vosotros.

Tanto Marisa como yo ignoramos el comentario de Charo. Aunque la última frase por ser cierta me hizo bastante daño.

Marisa: ¿Ibas de víctima? ¿Tenía el razón?

Elvira: No lo sé. Es cierto que le reproché que me podía haber dicho antes que no quería volver a quedar conmigo. Pero es que esa tarde le había comprado el regalo de reyes y me dio rabia pensar que me habría ahorrado el viaje.

Marisa: ¿Por qué le compraste un regalo? ¿Pretendías ganártelo así?

Elvira: No, me gusta regalar. Me moría de ganas de ver su cara al ver el regalo ya que no pude ver su cara con lo del ramo, creo que se lo hubiese dado esa misma noche, no me hubiese podido esperar.

Marisa: ¿Por qué le enviaste el ramo? ¿Te querías disculpar por algo?

Elvira: Eso es muy difícil de explicar… En principio era para demostrarle lo que siento, mi interés por él y que su amigo también lo tuviese claro.

Marisa: ¿Qué amigo?

Elvira: Su amigo F que desde un día que me conoció en una fiesta me tiraba los tejos… En la fiesta me dijo que estaba con un amigo o algo así, no recuerdo que hablamos porque yo iba muy bebida, pero estoy segura que lo rechacé amablemente como siempre hago. Yo entonces todavía no había retomado el contacto con Jota . Hacía un par de semanas que se había acabado con Nacho y habíamos tenido una bronca porque yo no quería seguir teniendo sexo con él y  quería que se fuese de casa, de ahí mi borrachera y mis pocas ganas de volver a casa y encontrarlo en mi cama.

Marisa: Ya sabías que F era amigo de Jota.

Elvira. No. Lo supe días después. Jota tenía una foto de F en su Facebook.

Marisa: ¿Si no te gustaba F por qué le contestaste cuando te envió un mensaje?

Elvira: La primera vez no le conteste, pero después, cuando ya supe que era amigo de Jota, si lo hice. Sé que es un poco retorcido, pero cuando Jota pasaba de mí, hacía caso a F. Yo pensaba que F le diría algo a Jota de mí. Y que Jota dejaría de pasar tanto de mí si veía que su amigo creía que soy guapa, atractiva, interesante.

Marisa: Un poco retorcido sí que es. ¿y por qué no le dijiste a Jota cuando hablaba de F que lo conocías?

Elvira: Porqué no quería que supiese que miraba su Facebook. No quería que supiese cuanto me gustaba. Por eso también fingía no enfadarme cuando una y otra vez decía que quedaríamos y luego no quedábamos. Pensaba que quizás era su forma de ser y que si me puteaba no me querría volver a ver. Tenía miedo de que creyese que me estaba tomando muy en serio conocerle. Por eso hasta le dije que quedaba con otros aunque no era verdad.

Marisa: Si él quisiese volver a verte ¿qué dirías?

Charo: Que no. Porque si es que sí yo la mato.

Elvira: Ramón dice que me llamará que no va a encontrar nadie como yo y que si lo hace que ni le conteste… Yo en cambio sé a cien por cien que no me va a llamar. No lo conozco mucho, pero si antes sin haber ocurrido nada ya le interesaba poco, ahora ya no le intereso nada. Mi teoría es que le deben haber hecho daño y por  eso no se abre. Pero quizás solo tengo esa teoría para no aceptar que lo que pasa es que no le gustaba lo suficiente.
Marisa: No me has contestado a qué harías si te llama o envía un mensaje.

Elvira: Pues… ¿qué voy a hacer? Lo primero subirme las bragas que se me habrán caído al suelo  y lo segundo dar saltos de alegría.. Yo soy así, muy pocas veces me da, pero cuando me da.

Marisa: ¿Y por qué no le llamas tú y le dices que tenéis una conversación pendiente?

Elvira: No puedo.

Marisa: ¿No puedes o no quieres?

Elvira: No puedo porque borré su teléfono. Me conozco y soy muy pesada. Si no lo hubiese borrado ya le hubiese dicho algo y creo que no es justo para ninguno de los dos, pero menos para él que me ha dejado claro que no quiere saber nada de mí.

Charo: Que arrastrada eres, de verdad.

Elvira: No, simplemente no soy orgullosa. No creo que sirva de nada serlo. Pero como tampoco quiero dar pena de ser tonta-tonta borré su número y así no tengo más remedio que olvidarme de él.

Marisa: ¿Qué crees que necesitarías para dejar de pensar el él y que deje de importarte lo sucedido?

Elvira: Conocer a alguien, supongo. La otra vez que pasaba de mí, antes del verano, Nacho me tiró los tejos y poco a poco me fui olvidando hasta que un día me lo crucé y recaí….Pero y tú  ¿que crees que debo hacer?

Marisa: Hablar con él y si no eres capaz por el motivo que sea, escríbele una carta, aunque no se la des. Dile todo lo que crees que se te ha quedado dentro, todo lo que necesitas descarga para seguir adelante y cerrar la puerta.

Elvira: Uf, es que en el fondo creo todo esto es demasiado. Casi no lo conozco y parece que estemos hablando del amor de mi vida o de la gran ruptura. Creo que me he montado un peliculón por nada.

Marisa: Elvira, lo importante no es si os conocéis, ni que ni siquiera habéis sido un rollo y mucho menos pareja, ni  si estas o no enamorada, ni si hubieseis o no tenido futuro juntos… Lo importante es que te duele y que quieres que deje de dolerte.

Elvira: Pues si… Me da rabia ser tan cría, pero es así, me quedé pillada y me duele. Porque antes pasaba de mí, pero al menos cada dos o tres días parecía mostrar interés… Pero ahora ya no tengo ni eso… Y me está costando aceptarlo.  Antes tenía la esperanza de que un día se diese cuenta de que le gustaba. Ahora ya no tengo la esperanza de nada.

Marisa: Escribe la carta, te irá bien.

Charo: Y si no escribe una a los reyes pidiendo que te de un poco de inteligencia, porque ya te vale.
Elvira: Lo haré. Escribiré la carta y después de eso prometo no volver a hablar de él.

Charo: A ver si es verdad porque si no Jota se va a convertir en el omnipresente Mr Big de Sexo en Nueva York. Aunque sin boda final, claro.

……………..

Pues eso… que he de escribir una carta a Jota, sacándome todo, si es que me queda algo.  A ver si de ese modo descargo la rabia y la impotencia y sigo adelante.

Ojalá fuese menos Pepa y más Candela para ser capaz de olvidar a un terrorista Chiita y enamorarme de un tartamudo en el mismo día.


Elvira Cordero, tonta de remate.


(Foto: María Barranco en Mujeres al borde de un ataque de nervios de Pedro Almodovar)



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