“No… Así no lo he hecho nunca, pero no me
da mal rollo. Al contrario, a mí me encanta hablar de mí. Hasta tengo un blog
en el que sólo hablo de mí.
…
Pues por dinero, la verdad. Porque pienso
que es más barato invitar a una amiga a tomar un mojito y contárselo o sentarme
delante del ordenador a vomitarlo.
…
Quizás es verdad que no es tan profesional,
pero también es más profesional un gigoló y yo en cambio prefiero los tíos que
no me cobran… Los que lo hacen por amor al arte o por excitación.
…
¿Qué quieres que te cuente?... Pufff, cosas
que me preocupan hay muchas… El paro de
tanta gente, la crisis… Ah…. Claro, claro, de mí… Pues no sé… A ver…
Ya…. Ya… Claro que hay cosas… Mi amiga
Charo diría que solo una: “los tíos”, pero intentaba ser más original y menos
monotemática…
¿Te puedo hacer una pregunta yo?... ¿Te importa
que lo grabe como recuerdo? … No, no se
lo voy a enseñar a nadie… Como mucho transcribirlo en el blog…. Vale, vale… Lo
que tú digas no lo transcribo, ok… Solo
lo que yo diga…
¿Los hombres?... Pues la verdad, creo que
en realidad no son más que un mcmuffin para dar sentido a mi vida… ¿Un muffin
del Macdonalds? Noooo, jajajajaja... Perdona, he dado por supuesto que lo
sabías. Un Mcmuffin es una motivación para que sucedan cosas, pero que carece
de importancia en si misma… Es un invento de Hitchcock… ¿Sabes quién es? … No, no, no era sarcasmo, perdona…Seguro que
hay gente que no sabe quien es… Pues eso… Los hombres, creo que solo son eso en
mi vida.
¿Y qué es tener suerte con los hombres?...
Claro que me he sentido querida y también he querido mucho, pero cuando se
acaba qué más da eso…
Como cualquiera supongo… Aunque en algunos
momentos me haya parecido que era la que más sufría en el mundo… Con mi primer
divorcio, sobretodo… Pero es que te dejen por un tío es un shock muy grande, y
si encima esta bueno, doble shock… Jajaja… Claro que lo digo en broma…
Superadísimo…
¿Mis padres?... Pero ¿no querías que
hablase de los hombres?… Vale, vale… ¿Qué quieres saber?... ¿El más triste? …
El día que me vino la prima de Cuenca…
Jajaja… El periodo, perdona…Tenía un dolor terrible en el pecho y la cara
llena de granos… Quería meterme en la cama a llorar…
No sé, buenos hay muchos… El primer beso
con Eliseo, mi mininovio… Jajaja… Fatal, pero lo recuerdo con cariño… Creo que
tenía doce años y fue detrás de la parroquia…
¿De más pequeña?... Cuando estaba enferma y
me quedaba con mi tía Mª José… Me encantaba… No sé… Conectaba muy bien con
ella… Me contaba cuentos… No, “la ratita presumida”… ¿de verdad?... Jajaja, me
da vergüenza… Bueno, prefiero resumirlo… Una ratita que se encuentra una moneda
y se compra un lazo, creo… Entonces se lo pone,
sale a barrer a la puerta y pasan un montón de pretendientes, porque con
el lazo está estupenda… Un Burro, un caballo, un gato, un perro, un león, una
jirafa… Y todos la piropean y le dicen…
“Ratita, ratita, que guapa estas. Contigo me quiero casar”… Sí… No sé…
Pues ella pregunta “¿Y qué harás por las noches?”. Y cada uno responde con su
onomatopeya: “huic, mia, bee, guau…” o lo que corresponda… Y ella los rechaza diciendo “no me caso contigo
que no me dejará dormir”… o algo así…
Sí, todo el rato, uno por uno… Ya, ya… ya sé que era repetitivo… Pero
era la única forma de que me comiese las cosas que no me gustaban… Con el
ratón… Porque le contestaba: “Dormir y callar” y ella le decía “pues contigo me
he de casar” Jajaja…. ¿Cómo?.. ¿Tú crees?
¿Exigente?...
¿la ratita o yo?”
…………………………………………
Cuarenta y cinco
minutos con Marga Retejo fueron suficientes para que ella, reputadísima Coach
de pijas aleladas, averiguase que mi problema con los hombres, y la razón por
la que no hay manera de emparejarme, la tiene mi tía Mª José y su manía de
contarme el cuento de “La Ratita presumida”… Ya que el cuento ha creado una
impronta tan bestia en mi subconsciente que soy muy exigente y a todos los
pretendientes del veo errores… Y que así como “la ratita” encontró al
“ratoncito”, yo espero encontrar un “Elviro”...
Ainxssss… Suerte
que la sesión fue gratis.
Elvira
Codero. Presumida sin lacito.
(Foto:De nuevo Isabelle
Huppert en “Merci pour le
chocolat”de Claude Chabrol. Por unificar más que nada)
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