Sé que a mi entorno muchas veces les resulto ridícula por mi forma de
afrontar la vida. Mi manera de manejar los sentimientos, siempre a flor de piel,
saltando si red cuando sé que el salto vale la pena y sin pensar en la caída
que siempre llega. Pero si no fuese así
no sería yo. Y cada día que pasa estoy más convencida que ser una misma es un
valor muy en alza. Pero no un valor como el del oro que todos quieren poseer,
es más como un libro de Boris Vian, de Salinger , una melodía interpretada por
YoYo Man o una película de Antonnioni o Bermang. Cosas al alcance de todos pero que muy pocos
desean.
Así me siento hoy. Como un libro, una película o una melodía que todos
pueden leer, ver o escuchar, pero a muy pocos les gusta o les remueven las
entrañas hacerlo.
Anoche se lo contaba a Charo y ella me preguntaba si me importa no ser
una mujer deseada por la mayoría. Le dije que no, pero creo que le mentí.
Gustar a la mayoría implica tener más posibilidad de gustarle a la persona que
te atrae, por lo tanto no debe estar nada mal ser una sex-symbol. Pero también
es cierto que no renunciaría ni a un ápice de mi forma de ser, sentir y vivir a
cambio de ser guapa. Bueno, quizás un poquito sí.
Hoy tengo la sensación de fin de verano. Me siento como en el último
capítulo de “Verano Azul” con El Dúo Dinámico resonado en mi cabeza (“El final del verano llegó y tu partirás…”)
Pero no estoy triste, al contrario. Estaba deseando que finalizase y con
él una etapa en la que he jugado a ser, en lugar de ser yo misma. Y lo peor de
todo es que en ese juego he dejado una felicidad que me había costado mucho
alcanzar. Ahora llega mi vida de verdad. Mi cruda realidad, que afortunadamente no es nada cruda. En la cual hay muchas cosas que me hacer levantarme con una sonrisa y acostarme serena, soñando que antes o después unos brazos rodearán mi espalda y me susurrarán al oído: “Te quiero”
Elvira cordero (A veces el regalo más preciado es un espejo)
(Foto: Nawja Ninri en Piedras. “Y tengo ganas, pequeñas, pero ganas de
empezar otra vez y olvidar que esta y cualquier ciudad está a veces tan triste
como yo y notar que estoy cambiando, aunque solo sea un poco, bueno, si es
mucho mejor”)
Bienvenida de nuevo a la realidad...
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