lunes, 14 de marzo de 2011

QUIERO SER FELIZ




Estoy nerviosa. No sé porque, ni quiero analizarlo, pero llevo días “atacada”. Cualquier cosa que hacen los niños me molesta y les grito, cualquier comentario absurdo en el trabajo me enciende, aunque me controlo y no les grito, disimulo simplemente. Yo soy así, cuando no tengo confianza, tengo una paciencia que ni Job.
Creo que necesitaría unas vacaciones de todo. Hasta de mí.
Charo, mi amiga, dice que mi problema es que estoy demasiado encerrada en mi misma, que no me sociabilizo, que necesito salir, quedar con gente, hacer cosas. ¿Pero si no aguanto a la gente, cómo voy a quedar con nadie?
………….

Han pasado seis horas desde que escribí el párrafo anterior.  Ya he acabado de trabajar, he recogido a los niños y estoy en casa escuchándolos discutir en voz baja por miedo a que les “ladre” por enésima vez esta tarde. Pobres.

Creo que necesito darle un nuevo rumbo a mi vida. Hacer algo para que cambie. Podría cortarme el pelo o teñirme de azul, pero creo que necesito algo más radical, tipo a echarme un amante, meter la cabeza en el horno o dar a mis hijos en adopción y fugarme a Berlín para empezar de nuevo…
Desvarío…
No tenía una época tan mala desde que me separé de Carlos, mi segundo marido, hace ya como tres o cuatro años. Ufff no quiero recordar la fecha exacta…Lo pasé tan mal, creo que peor con Ramón. Fracasar una vez duele, fracasar dos es la confirmación de que eres, valga la redundancia, una “fracasada”.

Fuera el pasado, miremos el futuro…

Lo he decidido me voy a apuntar a un gimnasio, a hacer dieta y a sacarme el carnet  de conducir. Le pediré a Ramón que se quede con los niños tres tardes en semana y lo haré… Bueno, quizás cuatro… ¿Soy mala madre por preferir ser yo antes que ser madre?

Puffff… no quiero seguir, no puedo.
.........

Ya es de noche. Los niños ya han cenado y ya están en la cama. Hoy me han visto tan sargento que ni han protestado por el brócoli ni por irse a dormir.
Acabo de colgar el teléfono tras hablar con Ramón, Carlos y Charo. Hoy que estoy apática total les ha dado a todos por llamar para contarme sus historias:
Ramón quiere formalizar la relación con Germán y casarse, pero no sabe como pedírselo, si en plan romántico o a saco.
Carlos cree que se va a quedar en paro, hay rumores en la empresa y Verónica, la casi-niña con la que vive se quiere quedar embarazada. No sabe como decirle que quizás no es el momento.
Charo se acaba de enterar que Eric, su hijo de 16 años, ha dejado embarazada a la niña con la que sale y no sabe como platearles que lo mejor es que aborte sin quedar como la bruja mala del cuento.
Ninguno de los tres se ha percatado que me importaba un pimiento la boda o los embarazos, yo solo quería colgar, tirarme en el sofá y escribir: “QUIERO SER FELIZ”


Elvira Cordero

No hay comentarios:

Publicar un comentario